RoyHubieron momentos en los que creí que lo mejor era ser sincero con ella y pedir perdón, para que nuestro futuro no se viera ensombrecido por una nube tormentosa, que constantemente amenazara con diluviar nuestra felicidad en cualquier instante, pero al sentir que Iris aún tenía ciertas dudas sobre nuestro matrimonio, mi coraje se redujo a cero y opté por esconder esa verdad que podría destruirlo todo.Al principio me costó fingir que nuestra relación estaba bien, la culpa me torturaba día y noche, por lo que deseaba confesar mis errores para así aliviar mi sufrimiento de una vez por todas, pero no podía arriesgarme a perderla, así que solo me concentré en amarla aún mas de lo que ya lo hacía; gracias a eso la carga comenzó a sentirse más ligera, y poco a poco fui enterrando lo sucedido. Me atreví a pensar que el pasado ya era pasado, y que lo que sea que sucediera al volver de nuestra luna de miel lo podríamos superar estando juntos, pero la realidad es que todo mal recibe su ca
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