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Un campo de batalla
Tenían dos días sin tener contacto alguno, Alejandro salía por la mañana y Dannia esperaba escucharlo marchar, para salir de su habitación; al tercer día, Alejandro obstinado por la actitud de Dannia, decidió quedarse en casa, a la espera que ella apareciera, así, aunque tuviese que esperar por horas.Alejandro estaba comiendo sus cereales, cuando Dannia apreció bajando las escaleras, al verlo hizo una mueca de desagrado al creer que él se había marchado.—¿No vas a comer? —preguntó Alejandro muy divertido al escuchar el estómago de Dannia rugir.Se tragó su orgullo y se sentó a comer los cereales que Alejandro le preparó, no podía creer que su estomago la traicionara de esa forma y más le molestaba ver la sonrisa de satisfacción que tenía en su hermosa cara.De pronto su sonrisa cambió cuando miró el labio golpeado de Dannia, se levantó de prisa y la haló hacía él, tocó su boca con suavidad mientras fruncía su ceño.—¿Qué te sucedió? —preguntó de manera brusca, deseando saber la resp
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Debimos hacer esto hace mucho tiempo
—¿Dannia que es todo esto? ¿quién publicó todo esto?Alejandro se acercó corriendo con su celular en las manos a donde Dannia estaba sentada, era una cuantiosa lista de las múltiples infidelidades de Clara y Jorge, siendo más impresionante la lista de Jorge, donde figuraba el nombre de una mujer a la que Dannia ignoró, su madre.—Esto, ¿fuiste tú? ¿tú fuiste la de esto? —preguntó él abatido.Tomó su celular y había un hermoso título que decía “Las infidelidades en casa de los Millares”—¿Qué tiene que ver esto conmigo? —preguntó con sarcasmo.—Nadie sabía de esto, ¿pagaste para que esto saliera a la luz? —cuestionó a la espera que no fuera cierto.—Tal vez, no lo sé.Alejandro pasó sus manos peinando su cabellera, sin poder creer que Dannia hiciera tal cosa.—¡Maldición! ¿qué pasa por tu cabeza? Dannia, me hablaste de hace pagar a Bruno, no exponerme a mí de esa forma.Comenzó a caminar desesperado por el jardín, pensando en la manera en que podía solucionar lo que Dannia había hecho,
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No es necesario hablarlo
Cuando despertó estaba abrazada a Alejandro, y este dormía como un bebé, recordaba la escena del día anterior, no podía creer que había tenido sexo con él solo por demostrarle qué, era una buena amante, tal vez mejor que Linda o cualquier mujer que a su vida hubiese pasado; lo que era más extraño, era que no sentía feliz de lo que había pasado.Creyó que después de aquel desconocido, no volvería a sentir algo igual, pero Alejandro se había encargado de borrar ese pensamiento, pues, lo que despertó en su cuerpo fue mucho mejor. Su cuerpo estaba colapsado ante él, estaba segura que de pedírselo o tan solo tocarle, este hombre volvería a ser suyo y no pondría objeción.Y es que tan solo las caricias y los besos que él dejó en su cuerpo la hacía lubricar en forma excesiva, lo que la hacía preguntar, ¿con las demás fue así?Con esa pregunta, se levantó y tomó un baño, bajó por unos cereales y se sentó allí pensando en cada cosa que había pasado, Alejandro bajo poco después y estaba más son
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¿Es necesario que lo responda?
Alejandro más tranquilo, regresó a casa por la mañana, dio algunas vueltas por la casa en busca del perrito que por la noche le trajo a Dannia para que no estuviera sola. Subió a su habitación y allí se encontró a Dannia con Happy durmiendo, por lo que sonrió y bajó a desayunar.Los lamidos de Happy la despertaron, comenzó a reír por el cosquilleo que sentía, lo detuvo y lo arrebató a besos —vamos a desayunar Happy —bajaron a la cocina y su sorpresa fue ver a Alejandro allí en el desayunador, con total.—Pensé que no vendrías a dormir ¿a qué hora llegaste? —preguntó acercándose a él, mirándolo con su frente fruncida.—Recién llego —respondió él, haciendo un movimiento de cabeza para mirar al perro que estaba a su lado.—Yo... lo encontré en una canasta, posiblemente entró por alguna abertura o no sé, pero quisiera quedármelo, ¿puedo?Alejandro apartó la mirada de Happy y la posó en su tazón de cereales.—Ya está aquí, no es como que pueda decir que no, está bonito, puedes dejártelo.E
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Déjame sólo
Tantas cosas habían pasado que Alejandro no sabía cómo había salido ileso de cada una de ellas, tenía a sus padres pujando para que dejara a Dannia, ahora, gracias a ese beso, estaba Clara desprestigiando la moral de Dannia, moral que ella había perdido hacía muchos años atrás, igual que Jorge e incluso Sofía.—Lo hacemos porque te amamos hijo, deberías estar feliz que te prestemos atención.Alejandro soltó la risa ante la clásica frase de su madre, todo era por amor a él, amor que ponía en duda desde que tenía memoria.—¿Escuchas lo tonto que suena tus palabras madre? ¿Hasta ahora es que me han prestado atención? estás de broma, ¿no? Es que, de verdad que no puedo creer lo que me estás diciendo.—No malinterpretes mis palabras, me preocupo por ti hijo —resaltó, tocándose su corazón como si fuera un mimo.—No es necesario, como ya es sabido, no lo necesito, ya no, el tiempo de preocuparse por su hijo pasó hace mucho tiempo, así que puedes ahorrarte toda esta charla y déjanos tranquilo
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Un lío
Dos días tenía Alejandro sin llegar a casa, dos días en los que no le respondía los mensajes a Dannia, dos días en los que le atendía ni las llamada y dos días en los que ella no podía dormir pensando en él, y en lo cruel que había sido. Se trataba así misma de consolar diciendo: —Él no me interesa, que haga lo que quiera.Sin embargo, la verdad era que se sentía extraña al no verlo por la casa y sí, se arrepentía de ser una tremenda idiota con él, al final posiblemente no era gran cosa lo que los demás le habían hecho o tal vez sí, pero no al extremo de querer ver a todos muertos.Era tan contradictorio lo que sentía, no quería pensar en qué momento fue en que se convirtió en esto, esta no era ella y lo sabía, era consciente que se había vuelto una desconocida, aunque también reconocía que el ser así la hacía sentirse más fuerte e intocable.“Tienes que arreglar esto, Dannia, tienes que solucionar esto, ¿cómo? No lo sé, pero busca la manera de hacerlo” —pensaba al mismo tiempo en qu
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El dolor de una traición
“Hola”Seguía a la espera que Alejandro, al menos tuviera la decencia y la amabilidad de responderle el saludo, uno que nunca llegó, al contrario, lo vio cerrar sus ojos y lo escuchó respirar profundo antes de girarse hacía ella y decir fríamente: —He venido por un poco de ropa, tendrás la casa para ti sola.—Sería genial —respondió con tristeza por la crueldad de sus palabras — pero, no me gusta estar sola, Alejandro, me gusta más tu compañía, ¿podrías quedarte?—¿Y seguir peleando? —respondió con una risa de burla —No creo que sea lo más conveniente, Dannia, me he mantenido al margen de lo que hagas en tu vida, pero aun así por más que trato de llevarme bien contigo es imposible. Dannia sintió como si estuviese recordando cada palabra que salió de su boca, y es que, ella no sabía que rayos tenía en la cabeza para ser tan desagradable con él, ¿qué motivos tenía él para que ella se comportara así?—Ya lo sé, al menos, ¿podrías darme una oportunidad de remediar todo esto?—No lo sé —p
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Arregla tu maldit* vida
No podía creer lo que había escuchado y lo que había visto, estaba en shock dentro de la oficina, pensando por cuánto tiempo Bruno la había engañado con Diana, cómo fue que pasó tal cosa, es que en su cabeza todavía no procesaba tal cosa.—Puedo explicarlo Dannia, te juro que no es lo que parece, por favor.Al frente suyo estaban tres mujeres a las que creyó conocer muy bien, pero se dio cuenta que las personas que dicen quererte no siempre suelen ser así.—¿Qué vas a explicar? Diana, ¿cómo es que terminaste en la cama del que era mi prometido? ¿Por eso no decías una sola palabra el día en que lo desenmascararon? Responde Diana.Las lágrimas de Diana salían sin reparo, mismas lágrimas que envolvían a Dannia en enojo.—Lo siento Dannia, yo no quería, yo me negué, pero luego, sus besos —sollozaba — perdón, no quería lastimarte, no dije nada por miedo, no quería que te enojaras conmigo, discúlpame, por favor.—¿Cómo quieres que lo haga? Dime, me traicionaste Diana —gritó a todo pulmón go
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Para con esto
No pensó que en la serenidad de las palabras de Antonio hubiese tanta crueldad, ahora a Dannia le aterrorizaba lo que Alejandro estuviera pensando de ella por su mal comportamiento, es que, definitivamente actuaba como una boba bajo presión y bajo dolor, pero ¿acaso todos tenían la obligación de sobrellevar las cosas de la misma manera? ¿o había una clausula que determinaba cómo debía actuar ante el sufrimiento?Eso no le hacía justificar sus acciones, pero al menos quería tener un poco de comprensión, no quería ser juzgada por lo que los demás creyeran que era lo correcto ante sus ojos, pues, el mundo se veía de diferentes formas y colores, dependiendo de quien lo mirase.—Antonio, y ¿si fallo en el intento? Es que ya no quiero sufrir más, no tienes idea del dolor que tengo en mi pecho, no tienes idea de cuanto he llorado sin consuelo, mi único compañero ahora es Happy, es quién escucha mis quejas y mi llanto —sorbió su nariz y limpió sus lágrimas. —Primero dividamos las cosas por
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¿Quieres jugar un juego?
Esa noche como era de costumbre, Dannia durmió sola en la enorme casa, qué jodido estaba siendo todo esto con la bipolaridad que ella estaba teniendo y sin tener clara la dirección, más que sentía algo por Alejandro.Decidida a intentar tener una charla con Alejandro, salió de casa hacía la clínica, recibió las miradas despreciables de sus compañeros, se adentró hasta la oficina de Alejandro y estaba con una chica, una de las enfermeras, Alejandro reía por un mal chiste que la mujer le decía y Dannia decidía entrar, haciendo que los dos guardaran silencio.Inmediatamente sintió como si ella fuese un estorbo en sus vidas, pero sin dejarse ver herida, caminó hasta su lugar de trabajo y sin decir una sola palabra se sentó detrás del escritorio. —¿Nos vemos en la tarde señor Millares? De verdad va a ser divertido.De reojo Dannia vio a Alejandro sonreír y eso la llenó de celos.—Claro que sí, cuenten con mi presencia.—Muchas gracias, jefecito —respondió ella con una sonrisa Dannia de
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