Narra Alondra FerreyraVolvimos a Morelia, ese sábado casi por la noche Axel y yo. Sobra decir, que todo el camino me fue muy mal, me dieron ganas de devolver el estómago y el demás tiempo, casi me la pasé dormida, no era mucho lo mío los viajes en carretera, pues me mareaba demasiado y en esta ocasión, había más que añadir a eso, la desilusión por la que estaba pasando, pues mi relación con David, no estaba bien y no sabía, si aún le podría llamar relación o si ya esto significaba, que terminábamos de manera definitiva.–Alondra, ya hemos llegado – Axel me avisó, pues nuevamente, me estaba durmiendo – No me has dicho, ¿A dónde quieres que te lleve? No tenía otro lugar a donde ir, salvo a la casa de mi papá o donde mis abuelitos, prácticamente, me podía dejar en cualquier parte, no tenía a donde ir, porque si estuviera Petra en su casa, fuera lo mismo, yo era una desamparada sin hogar.–Si Petra ya se ha ido, llévame por favor a mi casa, con mi papá – Le pedí – Axel, gracias por todo
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