Acababa de terminar de ducharse y se había dejado caer cansada en la cama cuando Mindy entró en la habitación, agitada. —Oh, dios mío, si esto sigue así por un tiempo, voy a estar lista para el hogar de ancianos —dijo y se desplomó en la cama—. Admiro tu forma física. —Ya se me está pasando, pero hace un rato tuve un horrible calambre en la pantorrilla. —Sin embargo, fuiste bastante rápida para ello, ¿pudiste seguir corriendo con él? —preguntó Mindy con asombro, y luego sonrió al ver que Cindy se sonrojaba—. Oh, veo que no estabas sola, supongo.Cindy le dirigió una mirada incómoda. —Mira, no quiero que te hagas ninguna idea estúpida —explicó a la defensiva—. Solo vamos a nadar y a correr juntos, eso es todo. —Claro, eso explica por qué te has sonrojado tanto hace un momento, y por qué siempre te pones tan nerviosa por la noche —sonrió Mindy.Avergonzada, Cindy bajó la cabeza. —Mindy, sinceramente, no tengo ni idea de lo que está pasando —admitió en voz baja—. Sí, me atrae Migue
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