La ventisca del invierno azotaba la cabellera rubia de Adeline. Sus ojos grisáceos contemplaban las centellantes luces de la ciudad, mientras Jean Pierre conducía rumbo al Palais Royal._ Pronto nevará. _ anunció con preocupación, adhiriendo sus ojos dorados en el cielo nocturno.La joven lo miró, percibiendo el estado azorado de él, las manos tensas en el volante y su mirada ensimismada en la carretera delataban como Jean Pierre, repetidamente, era consumido por sus propios pensamientos._ Quiero saber más de ti. _ preguntó ella, rescatando al joven del oscuro abismo al que estaba apunto de resbalar. _ Desde pequeño, mis estudios los llevaba con distintos tutores desde casa, mis padres concordaron enseguida por mi hermética personalidad, sin embargo, para respaldar su decisión inventaron que sufría del espectro autista, solamente porque odiaba estar con otras personas. _riendo, la miró ladeando la cabeza.Adeline en respuesta hizo una mueca de desaprobación._ Eso es horrible Jean Pi
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