Harold se puso furioso al instante.“George, te estoy contando mis secretos y me estás criticando. Ya no quiero hablar más contigo. ¡Hmff!”.Colgó el teléfono con rabia, y estaba tan furioso que no pudo seguir comiendo los panecillos.George, quien se encontraba en el extranjero, se volteó con frialdad y miró a su asistente. “Tengo que volver a Ciudad del Mar mañana. Resérvame el boleto de avión”.“Joven amo George, tiene que inspeccionar la división de la compañía mañana, y tiene que asistir a la reunión general en el extranjero pasado mañana. El Señor Winters arregló todo esto”.“Reserva el boleto de avión tres días después”.La expresión de George era sombría mientras lo decía.Esa mujer, Adina, era tan agresiva que ni siquiera la familia de su madre podía escapar de sus artimañas. Él tenía que volver.Además, Adina se había acercado a Harold con motivos propios, así que tenía que volver y echarle un ojo. De lo contrario, Harold, el niño tonto, caería en la trampa.... La
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