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Todos los capítulos de Mi vida con Jack: Capítulo 81 - Capítulo 83
83 chapters
Ardiente luna de miel
Entrelacé mis dedos con los de Jack, apoyando mi rostro sobre su hombro, escuchando uno a uno los mejores deseos de todos quienes nos querían. Mi marido jugueteaba con mi cabello con su mano libre y de vez en cuando me daba uno que otro beso en la frente, haciéndome sonrojar con ello. La gente bailó al ritmo de la alocada música y se divirtió como si no hubiera un mañana.Las fotos iba y venían, los flashes llegaron al punto de cegarme, el ramo de flores se lo gano Nia entre el tumulto de competidores, lo que alegró sobremanera a Ryan, sin embargo, ese tonto tardaría muchos años más en pedir su mano. La mayoría de las personas habían bebido tanto, que a partir de la medianoche, gran parte de la fiesta se había marchado para sus habitaciones y nosotros dos no fuimos la excepción.— ¿Y entonces, señora Wolfang de Thierry, que se siente ser mi esposa? —preguntó Jack con esa voz seductora y sus labios pegados a mi garganta la cual no se cansaba de besar.Dejé escapar un sonrisa brillan
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Una familia feliz (Final)
Me mantenía recostada contra el marco de esas puertas de vidrio abiertas de par en par, entre mis manos tenía una taza de café recién hecho, de la cual bebía con lentitud, mientras el aire cálido acariciaba todo mi cuerpo esa mañana de Junio. Observé el exterior embelesada; ya que Jack, Coco, Lucila, Nathan y Tommy jugaban a la pelota, corrían de un lado para otro entre risas en el extenso claro rodeado de árboles, en medio de la tenue luz del sol y el suave césped bajo sus pies descalzos. Lucila y Nathan pasaban casi todos los fines de semana en nuestra casa, si se nos ocurría viajar a cualquier lugar ellos iban con nosotros, la verdad, atesoraba su compañía, eran una parte esencial tanto en Jack como en mí.Lucila, gracias al cielo, había crecido fuerte y completamente sana, no había vuelto a tener recaídas con la leucemia, ni siquiera había tenido que volver a pisar un hospital, por ende, había vuelto a ser la niña tierna y alegre que había conocido por accidente. Nathan, su her
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Epílogo
Estando a su lado todo transcurrió con tanta prisa, que realmente esos ocho años viviendo como una pareja casada, pasaron fugaces frente a mis ojos, dejándome estupefacta con lo rápido que a veces era el tiempo a nuestro alrededor sin que nos percatáramos de ello.Juntos vivimos muchas cosas, tanto buenas como malas, aprendimos a lidiar con las adversidades y ser felices aún cuando el mundo afuera se caía a pedazos.Rara vez discutíamos, quizás porque trabajábamos bastantes horas al día, sin embargo, entre ellas teníamos al menos un poco de tiempo para vernos, para darnos detalles románticos, compartir el uno con el otro o para simple y llanamente, amarnos.Habíamos comprado una preciosa casa en las afueras de Atlanta, en la cual teníamos todo lo que necesitábamos, allí no existía ninguna preocupación más que disfrutar nuestro día a día intensamente, aprovechar cada instante haciendo lo que se nos antojaba sin miedo alguno.Todos habíamos cambiado bastante, ya no éramos tan jóvenes, c
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