Y al fin pudo desenvolver su regalo de Navidad.Salím y Zendaya llegaron a la casa que desde ese día compartirían como marido y mujer. Fue un poco difícil atravesar el umbral con ella en brazos, lo voluminoso del vestido de novia, más el abrigo, tenía a un pobre Salím sudando, mientras Zendaya se reía de ver el aprieto de su esposo. Ante su risa, él la cargó sobre su hombro como si fuera un saco de patatas. Zendaya gritó y Salím le dio una nalgada para que callara y no despertara a los vecinos. Abrió la puerta y los perros salieron corriendo.―Curly, Larry, Moe, ¡adentro! ―dijo Salím con voz enérgica.Los perros se detuvieron, con el rabo entre las patas, y entraron a la casa. Cerró la puerta.―¡Vaya!, señor esposo, cada día me sorprende más.―Soy un macho alfa, lomo plateado, pelo en pecho…―Creo que la comida del banquete decidió que quiere salir a pasear ―dijo Zendaya.Salím la bajó de inmediato.―Por favor, no vomites ―pidió Salím.Ella rio.―Era broma ―confirmó, además de su sonri
Leer más