La semana siguiente resultó ser bastante agotadora y frustrante. Fabrizio revisó un sinfín de documentos y entrevistó a algunos empleados. Para no despertar las sospechas de nadie, se aseguró de hacer las preguntas correctas. No era necesario ser demasiado directo, se podía averiguar bastante con un par de comentarios lanzados aquí y allá de vez en cuando mientras ellos hablaban de lo bien que estaba todo.Su estancia terminó prolongándose un par de días más y Fabrizio no veía la hora de regresar a Italia, de regresar con Cloe. Ese día por fin había encontrado lo que podía ser una de las piezas claves para descubrir lo que estaba sucediendo. No era suficiente, pero debía ser algo.Estaba saliendo de la oficina que había ocupado en su tiempo allí, cuando Daniel se acercó a él.—Señor De Luca, fue un verdadero placer tenerlo aquí. Espero que haya quedado satisfecho con nuestro trabajo.—Así fue. Veo que tienen todo bajo control.La sonrisa de Daniel se extendió aún más. Era difícil sabe
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