A Kilian se le había hecho muy difícil conciliar el sueño y lo había logrado hacía solo por un par de horas, por lo que despertó sintiéndose más cansado que antes de irse a la cama. Al bajar a la cocina y notar en Mary una mirada acusadora, supo que debía dar muchas explicaciones por no ponerse en contacto con ella en todo el día de ayer. Ella había sido más que una madre para él en los peores momentos de su vida y por lo que parecía, seguiría siendo así y por ello le guardaba la mayor de las consideraciones y agradecimiento, por ello, ahora tenía que anticiparse a sus reclamos.—¿Cómo amaneció mi linda y maravillosa Mary? —dijo acercándose meloso, con una dulce sonrisa y depositando un beso en su mejilla. Ella ni se inmutó—. Lamento no haberte llamado ayer, pero tuve un día intenso y debía...—Tranquilo. —Detuvo a Kilian con la mano y a su vez se movió con agilidad por la cocina, sirviéndole el desayuno—. Me enteré de que estuviste un momento con Candace, ella sí me llamó para no pre
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