Al fin llego a mi destino, estaciono afuera de un restaurante, uno distinto al de la otra noche y sigo pensando si será buena idea todo esto después de tanto tiempo, me decido a apagar el motor y bajo aun pensativo, sigo creyendo que esto es una locura, aun así sigo decidido a verla, miro a mi alrededor todas aquellas luces de la noche, los carros pasar, detenerse en los semáforos y avanzar, el cielo algo encapotado, veo a los transeúntes ir y venir, hablar, suspiro y decido seguir adelante, subo una especie de escalón y comienzo a caminar por un pequeño corredor con un piso liso hasta la entrada pero antes de llegar me detengo al verla afuera de aquella puerta hablando amenamente con un par de sujetos, miro sus dientes y, ¡Vaya sonrisa! La contemplo por unos instantes y creo que por un soplo vuelvo a ser un humano, creo que ladeo mi cabeza al mirarla y puedo asegurar que tengo una sonrisa de tonto en mis labios – ¡Alicia! – llamo a lo lejos y ella voltea, espero que me reconozca, se
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