Se avecinaban tiempos tormentosos, aquella carta que me había enviado mi primo no pronosticaba nada bueno hacia mí ni para nadie que estuviera a mi alrededor, hacia un año que habían pasado los sucesos que ahora me traían problemas, intente calmarme después de pensar en todo lo que pasaría y ahora me encontraba sentado frente a Sara quien no paraba de hacer preguntas, me levanté nuevamente sin prestarle atención a lo que decía y me dirigí a Matthew– Necesitaremos protección, unos radios, esta vez quiero uno para mí, los mismos carros de siempre y las mismas personas de siempre, también llama a mi abogado– Sí, señor ya me pongo en eso– ¡Ah! Espera, te pediré algo más y espero lo tomes como un favor personal que te podrás cobrar cuando quieras– Sabe que no es necesario, señor, yo siempre estaré para usted– Si, lo sé, esta vez te necesitare más que nunca Matthew– Claro que sí, cuente siempre conmigo, señor– Siempre lo hago, por eso gracias – Dije extendiendo mi mano y él la estrechó,
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