¿Escoger? ¿En qué, entre Sebastián y el señor Daniels? La miré fijamente, aturdida por la dureza de su mirada. —¿Recuerdas que ese día en la piscina del penhouse te dije que averiguaría tu pasado y lo haría público? Bueno, puedes regocijarte, porque no lo haré. No supe qué decir. Y aunque saberlo me quitó un gran peso de encima, aun recelaba de ella. —Pero no lo hago por ti, sino por él —añadió enseguida—. Yo no quiero que se vea involucrado en escándalos mayores, y menos gracias a su problemática esposa. A diferencia de ti, yo sé lo importante que es la imagen para un empresario, y más para un Ceo que dirige un importante conglomerado. Ella tenía toda la razón. Yo no había imaginado todos los problemas que le ocasionaría a Sebastián el asunto de mi aparición y ese beso, y para Abril, todo eso era algo que siempre tenía presente. Ella era cuidadosa, educada, hermosa y, económicamente, estaba al mismo nivel que el hombre a quién amaba. En cambio, yo... —Así que, piénsalo b
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