Era algo tarde, pero Lorenna salió de la casa sin avisarle a sus padres, fue al apartamento de Jeferson a contarle lo que había sucedido con Fabrizio. Jeferson la escuchó mientras ella le contó todo, luego le dijo:—¿Y qué vas a hacer?—No lo sé, Fabrizio me gusta, pero aún no estoy segura, se supone que no habría sentimientos involucrados, pero ahora que sé que siente algo por mi, me provoca decirle que lo intentemos, quiero ir a verlo.—Entonces ve y habla con él, recuerda que la vida es una sola. —Lorenna sonrió.—Tienes razón, voy a verlo. —Se puso de pie.—¿Me veo bien?—Sabes que siempre te ves divina.—Gracias. —Suspiró—. Espero que valga la pena, sabes que no deseo volver a rogarle a ningún hombre.—Fabrizio no es como cualquier hombre mi reina, él es “tu” hombre, así que ve por él.—¿Y si no funciona?—Lo habrás intentado, no te vas a quedar con la duda, ***Fabrizio estaba en el estacionamiento del edificio donde vivía a punto de subir al ascensor, de pronto sonó su celular
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