Charlotte Nos ocultamos detrás de unas paredes, estábamos solo los dos, las ganas de que él terminara con lo que estaba haciendo, que me haga suya en estos momentos, la adrenalina que siento sube mi nivel de excitación al ciento por ciento. —¿Trajiste compañía, Adriano? —le dije, él me miró con una mala mirada.—Vine a hacer esto solo, así que no tengo idea de donde salieron, aunque seguramente es obra tuya, porque eres tu la que se encarga de hacer ese tipo de cosas —ruedo mis ojos, él solo me está subestimando. —Si crees eso, lárgate. Puedo encargarme de esto sola. Es claro que es una pinche trampa que alguien me puso, o nos puso —digo, pensando lo que está pasando. Esto no puede ser obra de Luciano, nadie más sabía de esto, aunque no creo que él fuera capaz de hacer esto, porque acabó con dos de mis hombres. Escuchamos como la balacera estaba más grande, comenzaron a disparar hacia todo lo que vieran. —Debemos buscar la manera de salir de acá. —¿No crees que es la mejor mane
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