Meses más tarde. Axel tenía a su esposa bien sujeta entre sus brazos y del otro lado de la cama se encontraba su hijo Khan, posando su cabeza sobre el vientre de su madre, escuchando los latidos de sus hermanos. Sí, Sasha estaba embarazada de gemelos, una niña y un niño. A escondidas de Sasha, los dos habían estado hablando de las cosas que harían para que nadie se le acercara a la pequeña, puesto que si su madre era hermosa, su hija iba a heredar todo eso. Supo que Hunter, el hijo de Alek, se movía constantemente por el mundo en busca de algo que le hiciera sentir feliz y conforme, solo que tenía consigo a esa Melek que poco a poco iba ablandando el corazón de piedra. Sus amigos y las amigas de Sasha estaban felices con sus vidas, lejos de todos y a decir verdad a él cada día que pasaba, estaba más feliz con todo lo que tenía. Sin embargo, esa espina en su pecho no se iría tan fácilmente, porque lastimo a una persona que no se merecía todo ese odio. — Auch —gimoteó Sasha, removiénd
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