Lily Y Pietro se miraron con los ojos desorbitados.- …- ¡Traba las puertas! – le dijo LilyPietro se abrochó su pantalón, Lily acomodó su corpiño.En un minuto Pietro estaba listo, impecable, como si nada hubiera sucedido, pero Lily, avergonzada, enterraba su rostro entre sus manos.- Lily – Pietro se preocupó – lo siento, no debí aprovecharme del momento… yo - ¿Por qué no desprendiste mi camisa? ¡Cómo voy a salir así Pietro! Lily estaba sentada con la espalda contra la puerta, lo único que había podido acomodar de su ropa era su corpiño rosado.Pietro rio.Era la primera vez que Lily veía esa faceta de él, era contagioso.- ¡Pietro! No es gracioso- Lo sé – la abrazó aliviado – creí que estabas enojada por todo lo que paso, pero solo… era por lo de la camisaLa voz de las niñas había sido como un balde de agua fría cayendo sobre ellos, ahora que el impulso de deseo se había aplacado, se sentía incómoda con su abrazo.No le desagradaba, pero era, desconocido.- Señoritas, mamá sal
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