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Todos los capítulos de Enamorada de un vagabundo: Capítulo 31 - Capítulo 37
37 chapters
32. Por mi hijo
Judith LópezNo deseaba ver a la señora Cristina después de lo de ayer. Me sentía apenada por lo sucedido, como no pensé en la carga que seria para Daniel ser padre de mi hijo. Sé que me quiere, por que siempre está para ayudarme, pero no puedo permitir que se comprometa con algo si no lo siente. Me gustaría que quisiera a mi hijo, que se encariñara con él, pero eso toma tiempo.Camino al comedor donde mi jefa ya esta desayunando, le dejo el café como le gusta que se lo preparen. Me dirige una mirada.—Judith, siéntate —me dice.—Estoy bien así —le digo frunciendo los labios.Une sus manos apoyando los codos en la mesa.—Siento lo de ayer, pero era necesario, quiero a mi hijo tanto como te aprecio a ti, pero tantos años huyendo del compromiso como para querer ser padre de un día para otro, no creo que mi hijo este preparado para eso, lo conozco y no quisiera que tomaran decisiones precipitadas que después puedan apagar el amor que sienten el uno por el otro, tal vez haya otra manera…
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33. Contrato de conveniencia
Judith LópezEl día que había estado esperando durante semanas llegó. Hoy sabría si me habían aceptado en la universidad. No podía esperar más para ir a ver los resultados. Me desperté temprano, mi hijito aún dormía, le di un besito en la mejilla, puse unas almohadas a los lados para que no se moviera y corrí a bañarme. Luego de vestirme, me recosté de nuevo abrazando a mi Jorgito. Estaba muy feliz de vivir de nuevo con él, esa felicidad no la cambiaria nunca por nada del mundo a pesar de que muy en el fondo sentía una especie de vacío por haber antepuesto a mi hijo primero, había sacrificado el amor de un hombre que amaba, que me amaba, pero mi hijo me necesita más que Daniel, esperaba que la manera tan cobarde en la que me fui no le haya ocasionado sufrimiento, era lo que menos deseaba.—Mi amor… —lo cargué en mis brazos, comenzando a quitarle la ropita mientras sonreía por las cosquillas que sentía al tacto de mis manos frías.—Mami… —siempre que me decía “mami” mi corazón se derre
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34. Contrato de amor
CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS NOVIESÍSTICOS QUE CELEBRAN POR UNA PARTE LA SRITA. ______________________ DENOMINADA A PARTIR DE AHORA COMO “LA NOVIA”, Y POR OTRA ______________, DENOMINADO: “EL NOVIO”, QUE TAMBIÉN DECLARA NO TENER PROBLEMAS PSICOLÓGICOS O MENTALES. AMBOS FIRMAN ESTE CONTRATO Y EN LO SUCESIVO SE LES DENOMINARÁ “LA PAREJA”, EN COMÚN ACUERDO A LAS DECLARACIONES Y CLÁUSULAS SIGUIENTES:DECLARACIONESDE “LA NOVIA”:I.1 Tiene la facultad mental para firmar el presente contrato siendo mayor de edad y queformalmente declara bajo protesta decir la verdad.I.2 Que su interés incluye una relación de pareja con “EL NOVIO” con sus respectivos derechos y obligaciones.I.3 Que para efectos del presente contrato señala como domicilio ___________, con elteléfono ____________.I.4 No tener una relación de este tipo ni de ningún tipo carnal, amoroso, romántico,sexoso, físico o sentimental, ni planea tener una a futuro con alguien fuera del presentecontrato. En todo el planeta y
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35. Todo de ti
Judith LópezCuatro años… cuatro años han pasado… El primer año no fue nada fácil para mí por que tuve que adaptarme, estudiaba y hacia mis tareas adelantadas por la madrugada mientras mi hijo dormía, había ocasiones en las que me levantaba a las cuatro am para tener el suficiente tiempo para organizar todo lo del día. En las notas no iba tan mal, pero si me costaba mucho aumentar mi promedio. Tuve la suerte de que la hora a la que entraba a la universidad fuera casi la misma la que entraba Daniel al despacho y como quedaba cerca desde un inicio el se ofreció a traerme, pasaba por nosotros media hora antes para dejar a Jorge en la guardería, luego me llevaba a mí, nos despedíamos con un beso largo, siempre tratando de tener, aunque sea unos minutos de platica ya que a veces no nos podíamos ver todos los días. Era como una mini cita. Por la tarde cuando salía de la universidad caminaba hasta la guardería, a veces iba en bus, y de ahí tomábamos un taxi para ir a casa donde preparaba la
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36. Lo que reste de vida
Judith López—Tanto lo deseé, tanto esperé para que este día al fin llegará. Y se llegó. Esto no hubiera sido posible sin el apoyo de las personas que han creído en mi desde un inicio —miro a los ojos al hombre de mi vida quien me sonríe con complicidad y dulzura desde su silla mientras mira como doy mi discurso en el estrado —Daniel Rubier, gracias por siempre estar presente en mi vida, por recordarme cada día que soy capaz, que puedo hacerlo que nada es imposible si se desea de verdad —una lagrimita sale de mis ojos —ha sido un camino difícil de gran aprendizaje pero el sacrificio siempre lo vale, este día es muy especial para mí y para mis compañeros ya que el día de hoy podemos decir que somos Licenciados en educación…Termino de decir las palabras de dedicatoria y agradecimiento de mi generación. La emoción me invade. Bajo del estrado sintiendo una euforia increíble, todos mis compañeros están muy felices y vemos como del techo cae muchos confetis de colores. Mis compañeros se em
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Epílogo (Parte I)
Judith López —¿Nunca conociste a tu padre amor? —niego. Aferró mis brazos al tórax de mi esposo, estamos en nuestra luna de miel y todo ha sido maravilloso. Hemos conversado sobre la posibilidad de tener un hijo nuestro. —Sobre lo que mencionaste durante la cena, ¿es en serio lo del bebé? —le pregunto acurrucándome en su pecho. Me mira con ternura y me besa. —Más en serio no podría hablar —sonrío. —Tú alguna vez dijiste que bebés no querías tener, Jorge llegó a tu vida siendo ya un niño, te has llevado bien con él, pero un bebé… —Quiero tomar el riesgo mi amor, muchas cosas han cambiado mi manera de pensar estos últimos cuatro años, estuve esperando a que terminaras la universidad y al fin nos pudiéramos casar, ahora estoy cerca de los cuarenta, Jorge ya es más grande pronto crecerá y no sabemos si quiera pasar temporadas con su padre, y yo no quiero que sufras aunque sea algo natural que nuestro hijo vuele algún día lo hará, me gustaría que tuviéramos un hijo más quiero vivir es
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Epílogo (Parte II)
Tengo muchos sentimientos encontrados, no se que estaba pensando, pero por una parte siento tranquilidad al saber que al fin puedo dejar ir este anhelo que siempre tuve de conocer a mi padre, por que ahora se que eso ya no podrá ser por que él ha muerto. Llego a casa y subo a la habitación. Veo a Daniel desabrochando su camisa, acaba de llegar del trabajo. —Hola amor, ¿Qué tienes? —me pregunta alarmado dándome un beso en los labios. Lo abrazo fuerte. —Fui a buscar a mi padre, pero me enteré de que hace tiempo falleció —aferro mis brazos a su cintura —Daniel besa mi cabello. —¿Por qué no me dijiste? Lo siento mucho. Alzo mi vista para verlo. —Creo que era algo que quería hacer sola. Daniel toma mi mano y me conduce hasta la cama. Nos sentamos. Acaricia mi mejilla con una de sus manos. —Sabes que siempre estaré para ti mi pequeña esposa, te amé desde que te conocí, verte feliz es lo que más amo de la vida. —Gracias amor, también te amo demasiado, de todo lo que nunca pude tener y
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