La noche era fría, Bruno, salió de la ducha con el torso desnudo, los lobos eran de sangre caliente, no sentían el frío como los humanos, Rafaela, levantó su turqueza mirada, era imposible no voltear para apreciar el perfecto y atractivo cuerpo del Alfa, y Rafaela, no era la excepción— Bruno, se dió cuenta de que su luna, lo observaba, sonrió de lado antes de preguntarle — ¿necesitas algo, luna?— Rafaela, se sonrojó un poco al ser atrapada por el imponente hombre, apretó las manos en las sábanas deseando que su Alfa, la tomara — yo... ya es tarde hoy tuve un día muy pesado, voy a dormir— Las palabras de su luna, fueron extrañas, Rafaela no lo rechazaba así nunca, ¿por qué ahora no le pedía que le hiciera el amor? ¿qué estaba pasando? ¿es que acaso lo estaba dejando de amar? El Alfa, se sentía afectado en su orgullo de hombre, su luna siempre lo había deseado con locura, su lobo Dan, se sentía despreciado, se había ido a echar en un oscuro rincón, adolorido, deseaba a su luna, querí
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