Tras dormir bien por todas las atenciones que ambos se dieron, la mañana pinta más tranquila que otras veces. Charlize está dormida en el pecho de Matías, rodeada por su fuerte brazo, mientras él la observa dormir.—Sigues siendo una niña —susurra feliz de tenerla así, solo para él, con su brazo rodeando su pecho, aferrada a él de todas las maneras posibles.Y eso le encanta, porque sabe que él es importante para ella, que precisamente es aquello que Charlize necesita para su vida… así como ella para él.Fija la mirada al techo, con esa sonrisa boba, pensando cuántos días han dejado de hacer el amor desde que lo hicieron la primera vez. Lo cierto es que muy pocas, esa chiquilla era insaciable, pero él no se quedaba atrás.Sentirla cálida, húmeda, desesperada porque él la recorra y la haga gritar de placer, le da una satisfacción que no sintió jamás con ninguna mujer.Por eso, la enorme ventaja, la única en realidad, que tuvo el haber sido tan put0 en su vida, es poder comparar a cada
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