“Cuida los pasos de tu vida, puede que en un futuro estos definan tu final" -Sera-Regresar a mi país de origen, a mi ciudad, pero no a mi casa, me parecía hasta cierto punto, desconocido. No había forma alguna en que intentaste olvidar lo que pasó en Alemania. Incluso ahora, que me encontraba a pocos segundos de pisar la mansión. Durante el vuelo de regreso, después de que el “Señor Arcuri” se hubiese cansado de tocarme el cuerpo—algo que ciertamente no me molestaba en absoluto— divagó entre llamadas y mensajes a personas que no conocía. Nombró en más de una ocasión el nombre de Leandro.— Simón — Saludé al mayordomo de la casa. Lo miraba como un amigo. Y esperaba un día él, pudiese decir lo mismo.—Señor, Señorita Llilvian. Bienvenidos, se les extrañó — Observé el interior de la mansión esperando a ver a la comadreja correr por las escaleras.—¿Y Daniel?— Pregunté—El señorito está con Laura, su nana. Lo llevó a la iglesia — Una pequeña y leve risa salió de mi garganta. Intenté dis
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