–Felipe ¿puedes cuidar de los niños? Es verdad no podemos exponerlos –Claro, solo envíenlos con su nodriza, María Valeria y yo los cuidaremos –Vamos a preparar todo Catalina – secando los ojitos de Catalina –Adrián no quiero…no quiero llegar a Londres y saber que mi papá ha muerto –Eso no va a pasar mi amor; vas a ver vamos a llegar a Londres a tiempo Esa noche Felipe se lleva a Clara y a Pedro Miguel, al llegar a su hacienda le da la terrible noticia a María Valeria y a Antonio José quien había ido a ver a su hija y nieto, mientras el barco ha partido hacia Londres y Catalina no sabe qué hacer, solo puede rezar y suplicar porque haya buen viento y que nada haga demorar su viaje. Luego de un mes entero en alta mar Catalina y Adrián llegan al puerto de Londres y ven que las calles están vacías; puesto que una epidemia de viruela se ha desatado por toda la ciudad, ellos pueden andar sin correr riesgo puesto que ambos ya habían sufrido de viruela, cuando llegan a la mansión Sara les
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