CAPÍTULO 98. No me lo puedes quitar
—Tú y yo tenemos que hablar. Ahora.Gabriel asintió y, sin decir una palabra, siguió a Lucio hasta que salieron del salón, hasta un rincón del corredor donde nadie pudiera escuchar su conversación.Marianne los vio marcharse y sintió un escalofrío, no sabía qué podía ser, pero tenía un mal presentimiento.—¿Qué ocurre? —preguntó Gabriel, frunciendo el ceño apenas se quedó solo con Lucio.—Lo siento, capitán, pero parece que tenemos una visita indeseable —dijo Lucio, y vio cómo las cejas de Gabriel se arrugaban en preocupación—. No te preocupes, no dejé que nadie lo viera, sé que es un asunto muy personal para Marianne, pero tampoco iba a dejar que le arruinaran el día de su boda. Ven.Lucio y Gabriel se dirigieron a la oficina de Lucio. El hombre abrió la puerta y Gabriel respiró profundo al ver el rostro demacrado y ansioso de Hamilt Grey. ¿Y ese hombre cómo se había enterado de la boda?—Te dejo con él...—No —le pidió Gabriel—, es mejor que te quedes, no quiero malos entendidos y p
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