- Daniel, todavía te amo, estoy segura que sientes lo mismo.- le rogaba Lisbeth.- Aunque eso fuese así, tengo dos hijos de los cuales no deseo separarme.- Sí le explicas tu posición a tu esposa, y lo mucho que hemos sufrido, quizás ella acepte el divorcio.-- Samanta es una buena mujer, no merece que le deje en estas circunstancias.-- Yo puedo hacerme cargo de tus hijos, los amaría como si fueran míos.- ¿ Dices, quitarle la tuición de los niños?-- Lo que te ata a ella, son tus hijos, puedes dejarla, visitarlos, creo, nos debe ese sacrificio.-Samanta estaba helada, ¿ planeaban volver y quitarle a sus hijos? ¿ sólo le darían migajas? ¿ Cómo podía Daniel hacerle esa canallada?- Samanta no sabía del acuerdo con mi madre, es sólo una víctima en este enredo.- la defendió Daniel.- Ella sabía de mí, pudo no aceptar el matrimonio arreglado.-- Estabamos presionados por nuestros padres.-- Incluso pudo no quedar embarazada.-- Era parte de nuestro acuerdo.-- Eso no la excusa, tú no la
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