Leonid sonrió de lado, no podía creer aquello. Le daría un gran regalo, se atrevió a intentar dañar a su gente, amaba a Dasha, pero no permitiera que sus errores tocaran a Jade, a su esposa. Hizo una señal y el hombre cayó al suelo, inconsciente. La sangre alrededor del cuerpo, sentía esa sensación corriendo por su cuerpo, al saber que disfrutaba de ello.—Supongo que tendré que enviar otro regalo—dijo sacando un pañuelo limpiando sus manos de la sangre —. Envíenlo, que sea muy entretenido. El mensaje tiene que ser claro. Quiero un nuevo guardaespaldas para Jade que la cuide en silencio.—Me encargare, pero deberías cambiarte si no asustaras a la novia… me encargare de todo, señor— se burló Iván mientras abandonaban el lugar, Leonid soltó una carcajada era lo menos que le preocupaba, al ingresar a la casa principal no pudo evitar detenerse al mirar al segundo piso, suspiro y moví un poco su cuello se encontraba un poco tenso—. Nada podrá ser mas complicado, sin embargo, podría investi
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