Narrador omnisciente«Por nuestra hija» repica en la cabeza de Norman, cientos, miles de veces. Sus manos sudan, al igual que en la mañana cuando la vio frente a frente, y su corazón retumba fuerte y doloroso. Por momentos cree que va a desfallecer ante la noticia tan impresionante que Dora le acababa de dar.«¿Cómo es eso posible? ¿Cuándo pasó? ¿Tengo una hija con ella?» se pregunta mientras la mira, tan de cerca que es capaz de percibir el aroma de su cabello, tan hermosa, tan natural y en su cuello aún tiene la gargantilla que él le había regalado en su cumpleaños. Aun la ama, la ama tanto que ya no quiere perderla, ahora que tienen una hija, menos.Sus ojos se cristalizan y Dora lo nota. Toma su mano entre las suyas y con sus dedos hace fricciones suaves para reconfortarlo.—Lo supe poco después que viniste, y te busque mucho, como loca, estaba desesperada —dice Dora mientras lo mira, también con la mirada cristalizada. Norman no consigue emitir un solo sonido. Las palabras están
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