Norman StoneQuiero decirle demasiadas cosas, justo ahora, mi cerebro y mi corazón me lo piden a gritos, pero mi cuerpo anhela por tenerla de inmediato.Cuando cae de rodillas entre mis piernas, adivino su intención y rechazo toda mi realidad para concentrarme solo en ella. Está demasiado hermosa y es imposible resistirse a ella; sin embargo, mi decisión de no tener sexo con ella antes de que aclaremos nuestra situación, continúa en pie.Me hallo tan duro que puedo sentir cada cresta de mi verga, dolorosamente guardada entre mis pantalones, pidiendo auxilio. Casi se me hizo costumbre mantenerme en ese estado desde que volví de Alemania, por más veces que me masturbaba, nada conseguía calmar mis ansias y hoy... hoy toda mi voluntad se está volviendo humo en menos de una hora.Su mano empieza a desatar el cordón de mi pantalón deportivo, con delicadeza, pero con decisión y mi expectativa por lo que vaya a hacer, crece.Me aflojo un poco en el sillón para darle facilidad para maniobrar y
Leer más