El móvil tembló en mis manos mientras mi cerebro se encargaba de analizar todo, aquel número desconocido no podría ser otro que Denix. Había descubierto mi trabajo de investigación sobre Miles. Caminé de un lado a otro de la habitación mientras intentaba controlar mi respiración que se hacía más agitada por momentos. —Joder —no pude evitar mascullar entre dientes—. Mierda. —Marqué el número desconocido de la pantalla, a pesar de que mis manos temblaban por el solo pensamiento de hablar con Denix, quien había intentado meterme una bala entre ceja y ceja pocos días atrás. —Has tardado menos de lo que esperaba, Indie —escuché su sádica voz al otro lado del teléfono.—¿A qué estás jugando? —¿Tu coche se encuentra bien? —y supe que
Leer más