Dos años más tarde… — Vamos mi amor, puja lo más que puedes para que salga el bebé. —Dice Balduin, tomando de la mano a su mujer que está dando a luz por segunda ocasión. — Mirá desgraciado, si no tienes una cosa buena que decir mejor cierra la boca. —Le respondió Valeria, pero muy enojada, producto de los fuertes dolores que las contracciones le provocan. — ¡Está bien! —Si quieres también me salgo de la sala de parto para que estés tranquila. —Dijo su marido en broma, tratando de relajar el ambiente. — ¡Vete! —Por tu culpa estoy aquí tratando de dar a luz a dos bebés que no quieren colaborar para salir. — ¡Perfecto, entonces me voy! —Pero te recuerdo que yo no tengo movilidad en mis piernas, y eres tú la que me hace el amor, cariño. —Le habló en su oído a la chica, en voz baja para que las enfermeras no le escucharan. — No mi amor no te vayas, no me dejes sola. Balduin sonrió y besó la frente sudada de su mujer, él le prometió que a pesar de las circunstancias él estaría prese
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