Mitchell: Fuego, llamas que van consumiendo todo a su paso. Y la veía a ella, arrodillada, rendida, dándose por vencida, dando todo por todos. Lo veía a él, sonriendo de esa manera, con esa chica con mascara de gato a su lado y luego está ese joven Esencia que me hacía ilusiones para calmarme, su nombre, no recordaba.Pero Elisa estaba ahí, al pie del Duque. Y noté sangre en sus manos, sangre en sus mejillas, sus ojos rojos; mucho dolor en ellos. Le grité que no tenía que hacerlo, pero era como gritarle a la nada, no podía perderla de ese modo, le había prometido a mi padre, solo nos teníamos el uno al otro, no tenía que sacrificarse.Desperté, bañado en sudor, otra vez. Al parecer se me estaba haciendo costumbre, mi respiración era irregular y entonces me di cuenta de que el cuervo y mi hermana estaban viéndome fijamente, luego Elisa frunció el ceño mientras se acercaba.— ¿Necesitas agua? —Preguntó levantándose para servir un vaso de la jarra que estaba en la mesita de noche.Asent
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