—¿Cuándo preparaste esto?—Es un secreto— dijo abrazándola por la espalda y dándole besos en el cuello. Ella cerró sus ojos disfrutando de su abrazo. Luego de unos segundos él la soltó, de inmediato ella lo extrañó. Se giró para verlo, y lo que vio la dejó aún más sorprendida. Maurizio se había puesto sobre una de sus rodillas mientras sostenía una cajita roja y dentro de esta un anillo de compromiso.—Antonella, desde que te vi me enamoré de ti, no solo de tus hermosos ojos o de tu cabello como el fuego, sino también de tú corazón, de la persona que eres, te amo con toda mi alma, con tus locas ocurrencias y tu carácter que a veces me enloquece, pero amo esa locura y todo lo que me provocas. ¿Me harías el honor de convertirme en tu esposo, por siempre?Cuando conoció a Maurizio, no tenía dudas de que él podría ser alguien pasajero también como muchos otros lo había sido en tan solo un año. Cuando se dio su rompimiento con su novio, no creyó que podría enamorarse, al menos no tan pront
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