Isa se quedó estática en su lugar, perdida en sus pensamientos, gruesas lágrimas corrieron por sus mejillas, hasta que el sonido de la regadera despejó su mente de aquel trance. Corrió hacia el sillón en donde estaba su bolso y sacó varias barras de chocolate, las ingirió uno tras de otra, sin parar hasta que ya no escuchó el sonido del agua, enseguida guardó los empaques en una bolsa y salió corriendo de la habitación, llegó a recepción y buscó el primer sanitario.Unos minutos después Nando salió de la alcoba, envuelto su medio cuerpo con una toalla, se sorprendió al no encontrar a Isa, su corazón tembló, pensando que se había ido, enseguida se colocó unos jogger, una camiseta y sus zapatos deportivos, cuando iba a salir, ella entró por la puerta.—¿En dónde estabas? —investigó, examinándola con la mirada, sintiendo como su corazón volvía a su lugar.—Salí a caminar —murmuró andando hacia la cama, se recostó en ella, haciéndose un ovillo.—¿A caminar? —cuestionó Nando, en voz baja,
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