SOFÍAMis ojos se sentían pesados, mi boca seca y mi cuerpo entero se sentía saturado.Demoré en abrir mis ojos, en adaptarme a la luz, en volver a enfocarme en la realidad. Mis recuerdos eran vagamente borros. Recuerdo el muffin, la persecución, la falta de aire, mi rostro hinchado y Eric.La angustia en su voz, en como sus brazos me envolvieron y en como finalmente caí en la oscuridad.Me removí en la cama que reconocía muy bien, era la nuestra. Ya no estábamos en la oficina, sino que estábamos en el pent-house. Me giré quedando de costado, guardando mis manos bajo la almohada y apoyándome en ella mientras miraba la puerta.Porque era solo cosa de minutos o quizás segundos en los que él se daría cuenta que mi ritmo cardiaco aumentó y…–¿Cómo estás? –preguntó abriendo la puerta completamente.Una pequeña sonrisa se instaló en mi rostro y me acurruque más contra la almohada.–Mejor, ¿Qué sucedió?–Comiste un muffin de nueces –responde cerrando la puerta y caminando hacia donde me encue
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