Derek la ayudaba a sacarse la ropa mojada, ella está temblando debido al frío, odiaba el frío, porque eso le recordaba a sus días dentro de los laboratorios de La Hermandad, cuando la castigaban por no cooperar, y ponían su habitación tan helada como un congelador, y a ella únicamente la dejaban vestida con su ropa interior, esas noches eran un verdadero martirio, cuando su cuerpo ya no lo soportaba más, y llegaba casi al punto de la congelación, los médicos de La Hermandad cambiaban la temperatura y de pronto la habitación parecía el mismo infierno.Derek noto el cambio en su humor, la chispa de hacía un momento había desaparecido.—¿Qué te pasa? Recordaste algo.—No solo que... Odio el frío. —No era la verdad, pero tampoco una mentira.—Ven aquí —Derek abrió sus brazos para ella y Liesel terminó de cerrar la distancia que los separaba ambos tenían desnudos la parte del torso, pero en ese momento la caricia no era para nada sexual, ella necesitaba cariño, afecto, consuelo y él iba a
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