Besos apasionados, calores sofocantes que sentía, la agobiaban en demasía, el calor de su vientre exigiendo que aquel macho la tomara y la hiciera suya una y otra vez, su cuerpo dolía de deseo, de pasión frustrada, lo quería dentro de ella, quería que aquel sobre su cuerpo la tomara de una vez, que mordiese su cuello, no había razonamiento, no había nada más que solo el deseo de sacias sus bajos instintos, su mente estaba nublada, perdida en el calor de ese momento, deseando ser tomada con salvajismo, sexo duro y ardiente, la sangre en sus venas quemaba, al igual que su vientre deseoso ardía, mirando a los ojos de aquel macho sobre ella, pudo verlos con claridad, violeta como la lavanda limpia en los floridos campos, idénticos a los de ella, el cabello blanquecino, sedoso como la seda, rostro hermoso de masculinas facciones, su hermano gemelo, Arlen, tomándola como una mujer, haciéndola suya u
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