Mauricio no salía de su asombro, continuaba mirando a Dapnhe sin creer la verdad, se preguntaba, ¿Cómo era posible eso? ¿Cómo era posible que la dieran por muerta cuando no era cierto? Lo peor de todo para él, era el hecho de no poder preguntar, porque ellas, sentirían la interrogante de saber, como es que supo que supuestamente, había muerto.No encontraba que decir, Danphe, por su lado, sentía miedo de que él la abandonará por haberle mentido, pero Mauricio, solo volteó y la abrazó con fuerza, se sentía cabizbajo por las cosas que pudieron vivir ellas dos, en especial Danphe, la mujer que estaba robando su corazón. Infló sus mejillas y expulsó el aire para contener aquella ira y llanto, a la misma vez, jamás pensó, que un caso le pudiera afectar tanto en la vida, menos si se trataba de la mujer que debe encerrar.—Deben denunciarlo — dijo.—¡No, él debe…!—Estamos en ese proceso, pero antes debemos conseguir más evidencia, han pasado muchos años — Danphe interrumpió a su hermana par
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