Alpha Ikender •Sangre Pura• Miraba la sangre en la copa que tenía sobre mi mano, la movía de un lado a otro en una fina danza. No dejaba de pensar en esa vampiro pelirroja, sus ojos, sus labios, tenía que volverla a ver. El hecho de que fuese muda me daba una especie de fascinación delirante. Por ahora el Rosel estaba bastante ocupado buscando a la luna de la manda Aertom, me preguntó si ella también estará en esa búsqueda. Me puse de pié y bajé las grandes escaleras de mi castillo, en esa enorme pared del recibidor, estaba el retrato de mi amada, solo las estrellas saben cuánto la adoré, cuanto la extraño. Jamás volví a poner mis manos en otra mujer, me dediqué a ser un líder, un rey para los de mi especie. Muy dentro de mí aún ese monstruo, esa creatura de oscu
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