Me quedé sentada disfrutando mi trago y moviéndome al compás de la música, mientras observaba a las personas en la pista, era muy divertido verlos, algunas parejas estaban muy melosas; otros grupitos bailaban y se chocaban entre sí, habían muchas personas con sus propios estilos, en fin; mucho para ver. Mientras estaba en las nubes y contemplando la pista, alguien se sentó a mi lado sin que me diera cuenta, — Hola hermanita. Uff, esa vos otra vez no, fue lo primero que se cruzó por mi mente. — ¿Qué quieres?, ¿no tienes alguna chica por ahí con quien perder el tiempo?— soltó una risita y puso su mano en mi rodilla, — Ahí muchas sí, pero esta noche eres tú la que me interesa— se pegó más a mí, — ¡Quítate! — saque su mano y me alejé un poco, cosa que resulto en vano; ya que mientras más me alejaba, el más cargoso se ponía, — Anda, no te hagas la difícil. Sé que también estás loquita por mí— tomo mi mano apretándola a su pecho, — Ni en tus sueños, tú solo me das asco
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