Se inclina a tomar posesión de los labios de Cristina, la cual se Rinde a los placeres que su boca despierta dentro de ella, tomándola entre sus brazos para conducirla por las escaleras directamente a su recamara, donde planea que el trato sea consumado. Apenas es consiente cuando Dante abre la puerta de la habitación introduciéndola y depositarla suavemente en la cama, acomodándose él encima suyo, sin despegar sus labios de los de ella, seduciéndola lentamente con su lengua, la cual genera en su garganta suspiros de placer; una de sus manos acerca por la nunca el rostro de Dante, provocando que desee comer sus labios, las sensaciones que él provoca en su cuerpo son únicas. Sus manos se mueven lentamente por todo el cuerpo de Cristina, deteniéndose en aquella pierna que se encuentra levantada, para así deslizarla hacia arriba y llevarse con él la tela y segui
Leer más