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Todos los capítulos de A través de tus ojos: Capítulo 51 - Capítulo 60
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El inicio
Hola queridos lectores, en los pasados capitulos eran algunos fragmentos que habia subido para saber la aceptación de ese libro, pero aca les va uno que quizas les guste. Los quiero mucho y espero su apoyo siempre, gracias por lo que llevamos hasta el momento.- El goteo de agua me hace abrir los ojos con dificultad. Me dolía la cabeza y sentía que estaba tirada en algo duro. Cuando mi vista se aclara y logro sentarme en el cemento me doy cuenta de lo que realmente pasa: estoy en una alcantarilla. ¿Cómo llegué aquí? No logro recordar nada. Llevo una mano a la parte trasera de la cabeza ya que siento algún líquido vertiendo de ella. Cuando me veo la mano veo rojo: sangre. Intento ponerme de pie, pero al principio es inútil, me duele el cuerpo, las piernas, como si hubiera corrido un maratón. Tenía las zapatillas desgastadas y llenas de polvo. Mi pantalón estaba roto en las rodillas y mi chaqueta tenía algunos agujeros en los codos. Parpadeé varias veces sin entender lo que había
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Sustos en la noche
Luego de ver la letra "M" en el espejo empañado me asusté un poco ya que no había nadie más en mi casa, bueno mi mamá pero ella estaba dormida, me acerqué a la ventana de la sala pues de ahí tenía mucha vista hacia las casas vecinas para ver si notaba algo sospechoso pero no pude distinguir nada más excepto niños jugando con un balón. De cierta forma luego me sentí un poco aliviada porque pensé que era alguna broma de Laura el hecho de que hubiera una M en mi espejo, pero no creo que ella sea tan capaz como para jugar con eso. Así que respiré profundo y me dispuse a comer los restos de la pizza que se estaba enfriando.Subí a mi habitación y busqué en mi ropero algo que ponerme, en ese aspecto yo no era tan selectiva como ciertas chicas, pues yo me ponía lo primero que encontraba. Así fue, me puse una camisa que me quedaba un poco debajo de mis rodillas, color naranja y de textura muy suave.Tenía la costumbre de hacer té por las noches ya que ayudaban mucho a mi calidad de sueño y e
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Entierro
Al día siguiente me desperté, pude escuchar ese horrible sonido que tenía mi despertador, en realidad no sé por qué nunca había puesto un mejor sonido, al parecer era un tanto masoquista con mis oídos. Sentía que mi cuerpo estaba con nuevas energías por lo que me levanté de la cama y observé en el piso todo lo que había regado ayer a la hora de acostarme y noté que estaba mi celular boca abajo, lo tomé, pero estaba descargado por lo que busqué inmediatamente el cargador.Escuchaba el sonido del aceite en las cazuelas de mamá, pues ella era excelente cocinando lo que sea, todo lo contrario conmigo. Esa era una de las cosas que extrañaría de mamá si me iba de casa, así que me miré en el espejo de mi habitación, me peiné un poco y bajé.—¡Buenos días, mamá! ¿Qué tal amaneces?—pregunté. En ese sentido desde pequeña me habían enseñado muy buenos modales por lo que era costumbre saludar cada vez que me levantaba y miraba a mamá.—¡Bien, cariño! Estoy haciendo desayuno, ¿comerás?—me preguntó
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Tristeza
A la mañana siguiente me desperté sintiendo un dolor en mi nuca, había dormido mal. La noche la había pasado un poco mejor, aunque al principio me costó conciliar el sueño por estar pensando en Marcos. Hoy llegaría a la universidad y vería la falta que haría. Salí de la cama medio adormilada y me dirigí a la ducha. Cuando me quité la ropa y dejé que el agua me quitara el sueño me sentí observada; fue una sensación nueva y completamente extraña.Me duché por unos minutos para después salir. Envolví la toalla en mi cuerpo y busqué algo de ropa. Camisa mangas largas en negra y unos vaqueros negros. La ciudad de Portland estaba de luto. Me puse mis zapatos y peiné mi cabello. Las clases empezarían en media hora. Tomé mi bolso, mi celular y salí de mi habitación. Cuando bajé las escaleras no escuché nada ni a nadie, lo que me hizo entender de que mi madre se había ido a trabajar. Me dirigí a la cocina, buscando algo para comer. Había una nota pegada en la nevera. La tomé y la leí: Silvia
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Extraña
DOBLE VIDACuando llegas a la universidad te das cuenta de que no era lo que pensabas cuando estabas pequeño, yo solía jugar con mis amigas e incluso con niños que ni conocía, a medida que iba creciendo también anhelaba ser mayor para ir a una universidad. Quizá porque tenía la imagen de la típica universidad que te venden las películas, con un ambiente muy bueno.Pero cuando ya estás en la realidad te das cuenta de que mejor era quedarse en la edad de niña. A medida que fui creciendo también se quedaron muchas cosas que ya no volverían a pasar, quizá por eso era un poco callada, pero al fin y al cabo es que me gustaba como era.Portland era una universidad de prestigio en donde habían muchos estudiantes de diferentes posiciones sociales al igual que intelectual. Era una universidad con una estructura colonial, que cuando llegabas de inicio podías ver lo colosal que era, tanto así que daba la apariencia de un castillo. Cuando entrabas por el portón principal te topabas con un lobby ll
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No lo puedo creer
MARCOSAbrí los ojos de golpe, sentí cómo mi respiración estaba agitada y un poco entrecortada. Mi cabeza dolía demasiado así que me llevé las dos manos a mi frente y la apreté. ¿Qué había pasado? Levanté la vista, me di cuenta de que estaba tirado en el pavimento cerca de la casa de Silvia. Mis pantalones estaban medio rotos y mi camisa era blanca, sucia. Me puse de pie con dificultad, observando para todos lados. ¿Qué hacía aquí? Era de tarde al parecer, a lo lejos veía el sol ocultándose. Busqué a alguien cerca, una persona, pero no había nadie. Giré para mirar la casa detrás de mí: era bastante grande, de dos pisos, color verde. Afuera habían unos escalones para llegar a la puerta de entrada y en el jardín habían girasoles plantados allí. Conocía la casa, era la de Silvia; pero ¿en qué momento llegué aquí? No lograba recordar nada, no recordaba haber caminado hasta aquí, no recordaba. Quizás me había emborrachado en el día y por eso no recordaba del todo; solía pasarme seguido.
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Seductor
SILVIA —¡Silvia ! —escuché que alguien me llamó. Iba saliendo de mi última clase. Volteé a ver al susodicho: Damián . Damián llega y me sonríe como tonto. —Damián —lo saludé, terminé de meter mis cosas al bolso y salí a los pasillos. —¿Cómo estás, Silvia ? —me pregunta detrás de mi. Damián era un poco bajo, su pelo era rizado en negro y usaba lentes. Él siempre me seguía desde que tengo uso de razón. Es decir, creo que nunca me supera. —Supe lo que le pasó a Max. Es triste. —Ya lo sé —le respondí para no ser descortés. A lo lejos noté a Emma, caminaba hacia la salida con un libro en sus manos. Noté que chocó con un grupo de chicos haciendo que su libro cayera al piso. Los chicos solo se rieron de ella y ni siquiera le habían recogido el libro. De pronto sentí como un dejà vú, me miré a mí y a Max, él me había tirado mis libros sin querer pero ni siquiera se había tomado la molestia de recogerlos. Sacudí mi cabeza y alejé esos recuerdos de mí porque ya no valían nada. Ahora
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Confundido
MARCOS CONFUSIONESEntre tanto correteo que hacía como loco llegó un momento en el que me detuve y me aconsejé a mi mismo: —¡Vamos Marcos, cálmate! —exclamé con voz apaciguada—Siempre has salido de todos tus problemas y este no será la excepción.Aunque claro, el estar muerto no creo que tenga solución. El haber sido capitan del equipo me había servido en mi personalidad, ya que siempre estaba animando a mis amigos pero esta vez no me lo estaba aplicando a mi.Levanté mi rostro de manera como lo hacen los valientes y me dirigí nuevamente a casa, ya las cosas estaban así y tenía que aceptar que yo ya no estaba entre todos mis conocidos.Llegué a casa, habían muchos autos, noté que estaban los de mi grupo más cercano en la universidad. Había un autobús, distinguí los colores pues era el que ocupábamos cuando teníamos juegos fuera de la universidad.Me adentré más, en la recepción había un enorme cuadro donde estaba levantando el trofeo más reciente que había ganado, me dio nostalgia
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La choza
11:00 de la noche.Seguía tratando de entender por qué todos estos chicos estaban festejando de esta manera si su mejor amigo había fallecido.A lo mejor la mayoría de estos chicos están mal de la cabeza, pensé.Además lo que acabo de presenciar fue perturbador, el hecho que Damián hiciera ese gesto me llamó la atención, inmediatamente relacioné ese gesto con lo que le había pasado a Marcos, pero...¿Por qué Damián lo haría? ¿Qué tiene que ver Damián con Marcos?Me alejé de donde estaba, porque la verdad ese chico me estaba asustando cada vez más, primero en la forma que aparece y ahora apuntándome con sus dedos en forma de pistola.La música no paraba, se escuchaba aún más fuerte que al principio, las parejas besándose y toqueteándose, yo me dirigía hacia el termo buscando una botella de agua, observé que solo habían cervezas, pero yo no tomaba.Comencé a rebuscar entre todas esas botellas y nada que encontraba la botella de agua, cuando de pronto sentí dos toques en mi hombro.¡No p
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El misterioso chico
MARCOS Desperté con la esperanza de que todo había sido producto de una mala pesadilla. Estaba tirado en el piso de la habitación de Silvia a; lo cual me pareció muy extraño que estuviera aquí. Me reincorporé, dándome cuenta de que no había sido una pesadilla sino la triste realidad. Silvia no estaba en la habitación, así que bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, ella estaba allí sola, tiraba los restos de su desayuno en el cesto de la basura. Dejó el plato en el fregadero y salió, atravesándome. Me sentí extraño que hubiera hecho eso. Pero de todas formas la seguí, quería ver qué es lo que hacía. Según escuché hoy me iban a enterrar. Un extraño sentimiento se apoderó de mí: tristeza, ira, impotencia. Me sentí impotente porque quería salir de aquí, quería volver a mi cuerpo. También sabía que Silvia era mi respuesta. Había algo que me había traído frente a su casa la primera vez, había algo porque hoy amanecí en su cuarto sin siquiera recordar cómo había venido aquí. Lo únic
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