Las acompañé a todas de regreso al palacio, era inevitable no admirar el trabajo de las chicas del spa, mis manos no solo se veían suaves, estaban esponjosas y cabello sedoso y peinado que se movía al ritmo de la brisa de invierno. —Alana… lleva ese paquete que me acaba de llegar. _Marta dice en medio de todas, volteo a mirarla, por la forma altanera que me hablo, pero estoy en el palacio y no quiero enfadar a Isaac. Sin dirigirle una mirada o una palabra, tome la enorme caja blanca y la seguí por las escaleras, no sabía cuál era su habitacion asi que solo me quede atras para que me guiara. Pero todo el suelo a mis pies comenzó a tambalearse cuando me percate de la dirección que estaba tomando, aun así permanecí en silencio. Trague grueso cuando abrió la puerta de la habitación, mis pesadillas más profundas se estaban haciendo realidad, ella entra y queda en el medio, esperando que yo avance. —Te vas a quedar ahí parada… o te intimida entrar en la habitación del Alfa. No sabia c
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