Sara La había pasado en un hotel, y era hora de buscarme dónde vivir, por obvias razones mientras más cerca del trabajo era mejor, al no conocer el área tarde una semana más en el hotel, por suerte encontré un apartamento algo viejo, la ubicación es lo que me gusto. Se encontraba arriba de una cafetería, al indagar más y pedir me lo mostrarán una amable señora, me dijo que casi nadie lo quería por ser muy ruidoso, se encontraba en plena avenida, era raro, casi todo aquí eran locales comerciales. Ruido, ¡ja!, yo no tenía problemas con ello, verifique los servicios, las instalaciones, además me dijo que por las noches mi vehículo podía quedar en la parte lateral de la cafetería. Simplemente, lo tomé, la señora era la dueña y parecía buena persona, auto aún no tenía, esperaba poder comprar uno, aquí es indispensable, no como en mi México que, si lo deseaba, me subía al metro y llegaba a cualquier lado, el transporte escaso solo se movía en las avenidas, y este lugar estaba lleno de en
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