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73 chapters
Capítulo 71. Eres mi vida.
POV: Leo.Si alguien, hace cinco años atrás, me hubiera dicho cómo terminaba la historia nuestra, me hubiera reído mucho, o tal vez, se hubiera llevado la peor parte de mi temperamento.Nunca creí que mi felicidad pudiera estar ligada a una sola persona, aunque siempre supe que había dejado gran parte de mi alma en su custodia; mantenía las esperanzas de que eso cambiara algún día. Sin embargo, el destino es jodido y no le gusta tener cuentas pendientes; la nuestra era demasiado extensa. Muchas promesas que cumplir, muchos hechos que aclarar.Hoy, con toda la convicción que soy capaz de mantener, agradezco lo que la vida nos ha ofrecido después de mucho andar, a tientas, sin rumbo y desubicados.Verla ahora; sentirla entre mis brazos, con su respiración tranquila vibrando en mi pecho; me llena de una paz sincera y cómoda; casi como si se sintiera la perfecció
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Epílogo.
POV: Leo.Dicen por ahí que a la tercera va la vencida. Quisiera creer que con la segunda fue suficiente, pero no podíamos dejar a las mujeres de mi familia sin su ansiada ceremonia. Por más que para nosotros nuestro pequeño e intenso reencuentro, haya sido más que suficiente.Ahora estoy aquí, en el altar, esperando por la mujer más maravillosa que he tenido la dicha de conocer; mi esposa. A pesar de que esto podría considerarse como una renovación de nuestros votos, igual me siento nervioso. En todo el proceso de preparación, estuvo la mano delicada de Mary, pero hubo un pequeño detalle, del cual me encargué solo yo y que nadie conoce. Lo que más deseo ahora, es ser testigo de sus reacciones cuando se dé cuenta.Me considero un hombre afortunado por tener la dicha de despertar cada día a su lado; y hoy, quiero demostrarle, a ella y a todos, cuánto es
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Extra. Inesperado.
POV: Andrea. Se supone que hoy es un día feliz; mi hermano y mi cuñada, aunque ya llevan casados unos dos meses, se declaran su amor en una hermosa ceremonia con la familia. Pero yo, a pesar de que me siento orgullosa de ellos, no puedo dejar de pensar en lo que mi vida es. Primero Maddie, ahora Leo; son el constante recordatorio de lo que no tengo. A mis veintiocho años, todavía no he podido encontrar ese sentimiento que te deja sin sentidos, pero que, a la vez, te hace sentir estable y completamente a gusto. O tal vez sí, lo encontré, pero de esas dos condiciones solo obtuve la primera. Un amor obsesivo e intenso, que me marcó de mil maneras y ninguna buena. Apartada de todos, observo a los novios bailar en el centro de la pista. Tomo un sorbo de mi champagne y disfruto del burbujeo delicioso en mi lengua; cierro los ojos y suspiro. —Cualquiera pensaría que, siendo la madrina de bodas, estarías allí, con tu pareja de baile —escucho una voz masculina
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