Alise no tardó en regresar con una playera, al ponérsela le quedaba como un vestido. Tom se acercó a la puerta de la habitación.- Leila está cansada, después de tanto lo necesita, la llevaré a la habitación y veré qué descanse – se apresuró a decir impidiendo que su primo se acercara a ella.La tomó del brazo y la llevo a una de las habitaciones, se adelantó a sacudir la cama mientras que Dayla la miraba parada en el borde de la cama. No puso objeción de acostarse, se sentía vacía, como si todas sus emociones se hubieran esfumado, llevaba más de dos años forjándose un muro alrededor de sus emociones que ya no sabía que sentir, no había ansiedad, no había, tristeza, ni enojo estaba mentalmente agotada.Ya acostada Alise todo una silla de las que estaban en la habitación, sentándose al lado de ella.- Lo lamento tanto Leila, te has portado como una campeona, me salvaste la vida, yo...- Estoy bien Alise.Su voz sonaba gruesa y cansada, dió un respiro y se recostó de lado mirando a la c
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