50. La discusión
Sebastián Ella prefirió irse nuevamente, y él fue el que le llenó todas sus expectativas, con la realidad que yo le ofrezco no es suficiente, ella es más exigente de lo que yo siempre pensé, solo importa la billetera, Marina viene hacia mi. —Sebastián, me permites hablar, sé que debes estar muy molesto por que los interrumpi, pero no quiero que creemos una mala amistad, te considero mi amigo, es que Sara no es una buena mujer, y el hecho de que sea su madre no me hace una alcahueta, de todos sus errores buscados, todo es provocado, lastimosamente ella creció con ganas de tener todo, pero nunca pensó en conseguirlo honestamente, porque la trampa es más fácil no implica mayor responsabilidad, su padre le dijo lo bella que era, hasta pensaba en involucrarla en una agencia de modelaje, pero ella no quiso, supuestamente no le gustaba, junto todo y creo que ella no le gusta nada diferente al dinero fácil, me asombra que antes no ha caído en la desesperación de vender su cuerpo, le pido t
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