La expresión de Costas era escalofriante.El aire dentro del auto se había vuelto pesado por la tensión. Lo miraba de reojo, nerviosa, sin atreverme a decir algo realmente.Él apagó el motor del auto luego de estacionarse y se volvió hacia mí, fulminándome con la mirada.- 5 minutos- ordenó con una expresión tan iracunda, que no pude moverme. No entendía por qué todo se había vuelto tan incómodo.- De acuerdo...-murmuré abriendo la puerta del auto, justo después de cerrarla escuche como otra puerta se abría y cerraba. Él estaba frente al auto y yo lo miré curiosa- ¿también irás?- ¿Querías verlo a solas?- espetó en tono acusativo. Lo miré extrañada.- Solo iré a ver como esta. No actúes así- murmuré, dirigiéndome al hospital. Escuché sus pasos rápidos detrás de mí, hasta alcanzarme.En la habitación estaban el director Mario, Clara y muchos arreglos florales muy bonitos.-¡Oh! ¿Cómo estás?- incluso en una camilla, él lucía totalmente relajado. Me sentí aliviada.-¿Estás postrado en
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