53. UN RESPIRO
Audrey sentía su piel arder, y aunque quería llorar, no lo hacía, estaba cansada de mostrarse débil, de hacerles ver como la dañaban. —Tu calvario apenas comienza, así que vamos a ver que tan fuerte vas hacer. — Federico la conocía bien, sabía que si se lo proponía podía hacerla sentir miserable. Ella lo miró y aún no entendía que vio su madre en él, si ella fue tan buena. Federico se acercó a ella y empezó a recorrer con sus manos el cuerpo de su hermosa hija, Audrey sentía asco y repulsión, no quería que ningún hombre que no fuera Gael la tocara, y menos uno que se suponía era su padre, por lo que en un acto reflejo y por querer salir de ahí, alzó su rodilla y lo golpeó en medio de las piernas, el hombre empezó a quejarse de dolor, el golpe había sido certero, hiz
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