—¿Estás nervioso? —le pregunto a Will, mientras esperamos que la doctora entre a la consulta. Se voltea a verme y sus ojos azules me demuestran que sí, lo está. Levanto mi mano y le pido con el gesto que se acerque, para acariciarle la mejilla—. Todo está bien, solo descubriremos hoy si será un nene como tú o una pequeña, como yo. Will sonríe y suelta un ruidito extraño. Cubre mi mano con la suya. —Lo sé, amor —asegura—, pero no puedo evitarlo. Acerca su boca a mi frente y deja un beso corto. Yo sonrío, complacida con su gesto. Tomo su mano y entrelazo nuestros dedos, para reconfortarlo. Esperamos así, juntos y en silencio, a que la doctora aparezca. Yo estoy acostada en la camilla, lista para la ecografía, pero la doctora tuvo que salir un momento y aquí nos quedamos, a la espera. Jenny Parker fue la ginecóloga escogida por ambos para atender todo el embarazo y, hasta ahora, todo ha ido bien y estamos conformes con la decisión. La clínica, según Will
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