Cap. 51 ¿El final soñado?
Meses después… Amed estaba escondido en medio del desierto, sabía que lo buscaban incansablemente. Se había enterado de que Rania se había ido de su vida y su padre lo amparaba en esos momentos. Makir entonces fue a él le anunció. —Ya basta de tristeza, hijo mío, lo reconquistaremos todo de nuevo, envié por unas danzarinas y unas prostitutas para satisfacer nuestros sentidos. Amed sonrió, necesitaba diversión para olvidar que ahora tenía que cuidar sus espaldas. Llegaron al campamento y escucharon que la jarana había comenzado, entonces le dijeron que una danzarina muy excitante deseaba danzar especialmente para él. Eso lo animó, nada como un buen movimiento de caderas y de sexis curvas para entretenerlo. Cuando entró a su tienda vio a la mujer de espaldas y percibió un suave aroma a rosas silvestres, entonces le dijo a la mujer. —Vine para que me diviertas, quiero una danza exótica y sensual. —Claro, señor…—ella se dio la vuelta
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