― Son hermosos ¿no? ― ¿Disculpe, amiga?, ¿me está hablando a mí? ― Sí, sí ― Respondió mientras veía a un grupo de niños hacer una ronda y cantar ―. Los hijos son un hermoso regalo. Esos dos morochos son mi razón de ser, los amo con toda mis fuerzas. No entendía a que venía su declaración pero era evidente que lo que me estaba diciendo lo sentía, el color en sus mejillas y sus ojos titilaban como una estrella en el cielo. ― Ahhhmmm eso son sus hijos ― Dije sorprendida. Asintió. ― Su pequeña también es hermosa, le confieso, cuando quede embarazada pedí que fuera una niña, siempre quise una niña, pero Dios me envió dos campeones. Sé que no me conoce, puedo contarle algo, no viene al caso, pero quiero desahogarme y compartir un poco de mí, este parque es mi favorito desde niña. Nadie me estaba esperando, yo también quería desahogarme, pero seguramente ella lo necesitaba más que yo. ― Me llamo Nathalia, quede embarazada a los 15 años, ya sabe… esa adolescencia donde la pasión habla
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